1.9.11

Las secuelas del 'deadline day' (I)


Lejos de cualquier eliminatoria copera, final de Champions o partido de la Copa del Mundo, el cierre del mercado de fichajes o deadline day, como dicen los anglosajones, es el momento más excitante en el fútbol moderno, o por lo menos uno de tantos. Es excitante más por la especulación que lo rodea que por lo que en realidad es: un libre mercado en el que un jugador cambia un equipo por otro. Esa especulación que coloca a un jugador virtualmente en un club cuando en realidad puede estar firmando un contrato con un equipo de la otra punta del continente.

Nada más lejos de la realidad, ayer por la mañana Keisuke Honda era víctima de la primera conjetura del día cuando fue visto abandonando la concentración de su selección a causa de una lesión en el menisco. El ‘bombazo’ estalló en Twitter cuando la prestigiosa revista France Football citó a Sky Sports por publicar que el mediapunta nipón estaba en Londres para pasar reconocimiento médico con el Arsenal. Y a medida que fueron pasando las horas, más de uno –me incluyo-  se quedó con la miel en los labios cuando se enteró de que todo aquello habían sido solo palabras. Especulación, al fin y al cabo.

También hubo un rumor iniciado por una radio portuguesa que erigía al Oporto como el encargado de ‘rehabilitar’ la faceta futbolística de Bendtner. “El Oporto también se equivoca fichando”, pensó más de uno entonces. Pero más tarde se descubriría que el ‘nueve’ danés había sido cedido al Sunderland de Steve Bruce, al mismo tiempo que se reafirmaba la buena política de fichajes de los de do Dragão

Pero como no solo de rumores vive el deadline day, también se produjo ese frenético vaivén de futbolistas que da nombre a este día. Se confirmó lo que era un secreto a voces desde el pasado verano: el mediocentro multifunciones y mejor jugador de la temporada pasada según la prensa inglesa, Scott Parker, cambiaba Upton Park por The White Hart Lane, de donde se marchó Crouch con destino Stoke City. Su misión: magnificar el estilo de juego de Pullis y aprovechar los ya famosos saques de banda de Rory Delap. Otros como los jóvenes Matavž y Leroy Fer, presente y futuro de la Eredivisie, ponían fin a dos largos culebrones y fichaban por PSV y Twente, respectivamente.

Más hacia el sur, en la Ligue 1, el Lorient firmaba a tres talentos emergentes: Sunú, Emeghara y Joel Campbell. Si todo les va bien por allí, seguro harán olvidar a los ya exMerlus Gameiro y Amalfitano. Y en San Siro, el Milan, siguiendo el ‘plan de austeridad’ proclamado por Berlusconi, pagaba al Palermo no más de 1.5 millones de euros por Antonio Nocerino. Mientras, sus vecinos nerazzurri conseguían la cesión de Mauro Zárate por casi el doble de lo que habían pagado los rossoneri por el mediocentro del Palermo.

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