16.5.11

Diez años de la Final de Dortmund

Épica. Cruel. No recuerdo si llegué a llorar con aquella final, pero sé que hoy se me escapan las lágrimas al volver a verla. Lágrimas que reflejan una tristeza eclipsada por el orgullo que todos sentimos viendo cómo el modesto Alavés hincaba la rodilla en el suelo en el minuto 27 de la prórroga, poniendo fin a una montaña rusa de emociones que desembocó en el llanto. El gol de oro fue nuestro verdugo aquel día. Merecimos ganar.

Los héroes que llevaron a El Glorioso a perder aquella final permanecerán en el recuerdo de la afición albiazul para siempre. Empezando por el entrañable Mané, que tuvo que cambiar su planteamiento táctico antes del primer tiempo. Y siguiendo por Karmona, ese capitán que todo equipo necesita, Téllez, Desio, Tomic, la mejor versión de Javi Moreno, Ivan Alonso, Martín Herrera, aquel gran Jordi Cruyff de Dortmund, Eggen, Geli y el incombustible Cosmin Marius Contra, que llegó al clímax de su carrera con el Alavés. Como casi todos los demás.


Enfrente esperaba un Liverpool que contaba con jugadores de la talla de Carragher, Robbie Fowler, Hamann, un prematuro Gerrard (esa temporada ganó el premio al mejor jugador joven del año) o un jovencísimo Owen, ídolo scouser por aquel entonces. Pero el que más me desesperó de todos fue McAllister, hasta el punto de odiarle con todas mis fuerzas. Ese McCallister que tenía la cabeza completamente afeitada y vestía una camiseta extragrande de manga larga por fuera del pantalón. Ese McCallister que dio dos asistencias y marcó un gol. Sí, ese McCallister gibado y orejudo, de cuyas botas nació aquel centro que Geli remató en propia puerta, devolviéndonos a todos a la cruel realidad con el gol de oro más amargo de la historia del fútbol. Esa realidad que nos hacía perdedores. Esa realidad que dictamina quién es el campeón y quién no. Y nosotros lo fuimos aquel día. En realidad fuimos los ganadores de aquella final. No obtuvimos ningún trofeo aquel lejano 16 de Mayo, pero sí el reconocimiento de todo el mundo.

Dice el Zatu en una canción que "el mundo cambió en Mayo y fue un 16". No creo que el mundo cambiase aquel día en Dortmund, pero casi. Por lo menos para la gente de Vitoria. Porque aquel día todo el mundo era un poco de El Glorioso. El fútbol nos devolverá algún día lo que nos quitó en Westfalenstadion. Algún día resurgiremos potentes otra vez.

BETI GLORIOSO
BETI ZUREKIN


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La calidad de imagen no es muy buena, pero vale la pena descargarlo.

4 comentarios:

  1. Que final tan duro para el Alavés, y que mítico!! De los partidos más intensos, emocionantes y vibrantes que he visto nunca.

    Muy buen artículo crack

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  2. @Tomás García Me alegro de que te guste, Tomás :) Fue una final inolvidable, toda España estuvo pendiente del Alavés aquel día. Estoy buscando los links por si alguien se la quiere descargar.

    ¡Un saludo!

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  3. He leído unos cuantos artículos del blog, y muy serios e! me han gustado bastante! sigue así xabal!

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  4. Me alegro de que te guste lo que escribo, Keke. Se agradece tu comentario! Un saludo!

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